Hoy la sociedad te mide por la ropa que tienes, el coche con el que te mueves, por los amigos que frecuentas, por el éxito que vives.
Todos se mueven por lo que pueden ver y contar. El valor de una persona está dado por su cuenta bancaria, o por su influencia. Con esta escala de valores, muchos quedamos afuera.
Se viven días muy marginados. Y todo apunta a desmerecer la autoestima. Cuando alguien no se siente valorado, se tira a menos y se desanima. Si alguien le repite a un niño que es un inútil, aunque sea muy hábil y capaz, terminará haciendo nada, porque se siente un inútil.
Muchos en la sociedad, viven hoy devaluados. No saben cuánto valen. No se sienten importantes, no tienen valor.
Las palabras de Jesús son majestuosas. Tienes sumo valor para Jesús. No importa cual sean tus estudios, ni tu familia, ni tus amigos, ni tu ropa, ni tus logros, ni tu cuenta bancaria. No importa lo que tú pienses al respecto.
Para Jesucristo, eres super importante y de extremo valor. Tanto, que estuvo dispuesto a dar Su Vida, sólo para salvarte.
El mismísimo autor de la vida, murió para que tengas vida. Es tiempo de reconocer el valor que uno tiene.
REFLEXION - Para estos tiempos devaluados, Dios te cotiza bien.
Padre y Dios mío, creo en tí, perdóname por mis pecados, me arrepiento por estar lejos de ti, te pido que me perdones, a través de tu Hijo Jesucristo, lo recibo a él en mi corazón para recibir su nueva naturaleza que me hará vencer el pecado, entra Jesús en mi vida y hazme una nueva persona, en tu nombre te lo pido y te doy gracias, te alabo y te bendigo. Amén.
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